Violet Vitale, una mujer hermosa y magnética que siempre ha trabajado en el campo del periodismo de moda, regresa de París a Palermo, armada sólo con optimismo y confianza, para buscar al padre que nunca conoció. Allí, Violet comienza a trabajar para una editorial en línea, cubriendo el tema del crimen y colaborando con el inspector Francesco Demir. Es carismático y seductor, con gran talento para la investigación, pero poca fe en la humanidad... en eso, el polo opuesto de Violet. Altamente intuitivo en el trabajo, Demir también es impulsivo y propenso a infringir las reglas. La pareja trabaja codo con codo en casos de homicidio, ella como reportera y él como policía. Al principio les resulta muy difícil, dado el choque de opuestos, pero con el tiempo aprenden a colaborar con éxito. En parte porque Violet puede contar con su don especial: la sinestesia. La sinestesia no es simplemente una figura retórica, sino también la combinación espontánea e incontrolable de múltiples sentidos: la vista y el oído, por ejemplo. En el caso de Violet, asocia las emociones con los colores. Cuando mira a una persona, ve el color que desprende, lo que le permite leer sus sentimientos más profundos, posiblemente ocultos: miedo, alegría, dolor. Violet desarrolla la capacidad de captar la verdadera mentalidad de las personas que encuentra. Detrás de su sinestesia, sin embargo, guarda un secreto mayor, relacionado con el verdadero motivo de su regreso a Palermo.